No solemos mover todas las vértebras cervicales (del cuello).
Normalmente 2 vértebras (siempre las mismas) hacen de bisagra en el movimiento de arriba abajo del cuello, mientras el resto se quedan fijas y cada vez más rígidas por la falta de movimiento.
La finalidad de tener tantos «pequeños» huesos (vértebras) planos encadenados en forma de columna es el poder repartir el movimiento y la tensión entre todas las articulaciones que la forman. De esa forma, ninguna hace un trabajo excesivo y se puede soportar más movimiento y más tensión.

Así debería ser nuestra columna.
Debido a nuestras posturas crónicas, es decir, las posturas que adoptamos de forma continua en nuestros trabajos y vida diario, movemos de forma muy aislada la columna. Un poco en el cuello, un poco a mitad de la espalda, algo más en la zona lumbar y poco más.
Lo que debería ser una cadena de articulaciones perfectamente equilibrada, se convierte en varios bloques de vértebras, con articulaciones a modo de bisagra entre dichos bloques.

Así suele ser nuestra columna.
Esas «bisagras» se usan continuamente, mientras que las otras no se mueven nunca.
Con el tiempo, las que más se mueven se adaptan a moverse más y las que menos se mueven, se especializan en no moverse.
En la vida moderna es muy común tener la cabeza adelantada, mucha tensión en el cuello y dolores en cuello y hombros.
Aprender a mover todas (o casi todas) las vértebras cervicales y moverlas con frecuencias para darles un estímulo que las haga recuperar su función natural es importante para eliminar estos problemas.
Este ejercicio que propongo nos ayuda a mover todas las vértebras para hacer dicho movimiento consiguiendo tres cosas:
- Ganar movilidad entre esas vértebras que suelen estar rígidas.
- Reaprender cómo usar todas las vértebras en lugar de unas solas.
- Mejorar el mapa que tiene nuestro cerebro de la zona del cuello y sus músculos.
Aquí hablo de ese mapa de nuestro cerebro y de su importancia a la hora de aprender a contraer, relajar músculos y en el dolor:
Muchos de los problemas de dolor y tensión en el cuello tiene que ver con nuestra incapacidad de relajar los músculos que no hace falta usar o relajarlos cuando ya no hace falta usarlos.
Por eso mejorar el mapa de nuestro cerebro sobre la zona del cuello y hombros, así como aprender a mover de forma controlada y aislada los distintos músculos de dicha región, nos ayudará a reducir las tensiones y dolores del cuello y mandíbula.
Ejercicio
Movilizar despacio y de forma consciente las vértebras del cuello.
Una peculiaridad del ejercicio (que lo hace mucho más difícil al principio) es el tener que mirar al lado contrario de donde va la cabeza. Nuestro cerebro tendrá que luchar por hacerlo bien. Esto hará que se creen muchas nuevas conexiones neuronales y forzará el reaprendizaje.
Detalles que deberíamos tener en cuenta:
- Los ojos miran al lado contrario del movimiento de la cabeza (si la cabeza sube, los ojos miran hacia abajo y viceversa).
- Procuraremos «meter papada» (meter la barbilla hacia adentro) durante todo el recorrido.
- Debemos hacerlo despacio, de forma controlada y muy consciente.
- Intentando relajar todo lo posible todos los músculos del cuello y la cara.
Cuánto y cuándo hacerlo
Pues dependerá da cada uno, pero la recomendación general sería hacerlo todos los días, al menos 2 o 3 veces.
Aquí lo importante es mover todos los días esas vértebras cervicales y fijarnos más en la calidad del movimiento que en la cantidad.
La clave está en ser muy consciente del movimiento, evtando movimientos o tensiones automáticas.
NOTA: Es recomendable hacerlo en privado, porque pondremos caras muy raras 😛