Le solemos achacar muchas cosas malas (nuestras) y buenas (de otros) a la genética.
«Son los genes que me han tocado, no puedo hacer nada.»
«Eso es porque tiene una buena genética.»
Pero ya sabemos que aunque heredemos los genes, eso no quiere decir que «estén escritos en piedra».
Digamos que los genes son instrucciones que tienen nuestras células sobre como crecer, qué funciones tener y un montón de cosas más, pero que la célula tenga sus instrucciones no quiere decir que se cumplan todas.
La Epigenética estudia la influencia del entorno en lo que hacen las células con estos genes/instrucciones.
En las últimas décadas se ha descubierto que la alimentación, el movimiento (o falta de éste), el estrés, la contaminación y otros muchos factores pueden determinar que se expresen o no muchos genes.
Algunas de estás alteraciones pueden determinar que tengamos un cáncer, una alergia, que desarrollemos o no una enfermedad hereditaria, etc.
Es un tema fascinante, pero hoy quería hablarles de un estudio en concreto sobre la influencia del movimiento sobre los genes:
An integrative analysis reveals coordinated reprogramming of the epigenome and the transcriptome in human skeletal muscle after training
Y quería comentarlo por dos motivos:
- El estudio demuestra claramente un cambio a nivel genético tras sólo 3 meses de ejercicio.
- También demuestra que sólo cambia lo que se mueve.
El primer punto se explica solo y se explica bien en el artículo, pero al segundo punto no se le da tanta importancia y tiene mucha.
El experimento consistía en coger a una persona joven, pero no entrenada y hacer que entrenara de manera controlada sólo una pierna durante 45 minutos, 4 días por semana, durante 3 meses.
No sólo se compararon los cambios a nivel celular en cada pierna, antes y después, sino que se comparó ambas piernas entre sí.
El resultado es que hubo cambios significativos en la pierna entrenada, pero casi no hubo cambios en la otra pierna.
Recuerden que estamos hablando de cambios en la expresión de los genes de las células de las piernas, no de cambios en masa muscular o cardiovasculares.
Esto viene a resaltar la importancia de mover todo el cuerpo, no sólo algunas partes.
¿Has movido hoy el dedo meñique del pie? ¿Y las vértebras? ¿Las has movido todas hoy? ¿Has estirado y encogido del todo las piernas para que llegue sangre, con nutrientes, y distintas tensiones a todos los músculos, tendones y fascias de las mismas?
En el artículo sobre la salud cardiovascular explicaba por qué era importante mover cada parte del cuerpo, cada pequeño músculos, desde el punto de vista del sistema cardiovascular y de la nutrición de las células.
En este artículo quiero recalcar que es también importante desde el punto de vista celular y genético, para que nuestros genes actúen como deben actuar y evitar enfermedades o comportamientos celulares anómalos.

Filamentos intranucleares de una célula humana.
En multitud de estudios se confirma que la tensión mecánica (macanotransducción) que reciben las células al presionarse unas contra otras (que varía según la posición del cuerpo, distribución del peso o el movimiento) no sólo modifica su comportamiento, sino que modifica esa expresión de los genes que contiene.
Lo que no estaba muy claro era cómo ocurría esto. Había teorías, pero nada seguro.
En este artículo explican cómo han conseguido (mediante imágenes 3D avanzadas) ver unos filamentos (en amarillo en la imagen) que unen la membrana celular atravesando la membrana del núcleo (en azul).
The strings that bind us: Cytofilaments connect cell nucleus to extracellular microenvironment
De esta forma cualquier modificación de forma de la célula produce un cambio en el núcleo celular. Pudiendo alterar la expresión de los genes.
Como dice la investigadora Mina Bissell:
«Tenemos entre 30-70 trillones de células en nuestros cuerpos, todas con la misma secuencia de ADN, así que he estado diciendo desde 1981 que otra cosa aparte de la secuencia de genes tiene que permitir a una nariz ser una nariz y no ser un codo»
Resumen:
- El entorno determina, en gran medida, cómo se «expresan» nuestros genes.
- Cada posición y movimiento que hacemos produce un estímulo directo en el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo.
- Ese estímulo determina qué genes se «expresan» (usan o activan).
- Puede haber cambios en la expresión de los genes de la células de una parte del cuerpo, que no afecten a otras células del cuerpo.
Mis conclusiones:
- Si siempre nos movemos de la misma manera o tenemos las mismas posturas, tendremos los mismos estímulos y expresaremos (o dejaremos de expresar) los mismos genes.
- Si nos movemos de formas variadas y tenemos posturas más variadas, variamos los estímulos que reciben el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo y permitimos la expresión de más genes.
Está muy interesante, gracias.