Mi filtro anti-tonterías

Vivimos en una época donde abunda la (des-)información y es complicado discernir entre información útil y chorradas.
Para las cosas que tienen que ver con la salud y con el ser humano hace tiempo que aplico un filtro «anti-tonterías» («bullshit detector», que dirían en inglés), el filtro evolutivo.

Evolución humana

Evolución cronológica (de derecha a izquierda) de homínidos. No están todos emparentados, pero dan perspectiva evolutiva.

Para entender un poco mejor cómo funciona la evolución (más allá de la idea simplista y poco realista que solemos tener), les recomiendo que echen un vistazo a la infografía de MolaSaber y el artículo dónde habla del tema. Aclara muchas cosas 😉

Una conclusión importante que se puede sacar de ese artículo y de la imagen de ahí arriba es que para que una especie evolucione tiene que pasar mucho tiempo. Y mucho tiempo no significa 1 o 2 generaciones, sino varios miles de años.

Y, por el camino, desaparece gran parte de la especie, que no tenía la mutación necesaria para sobrevivir.

Ten en cuenta que, entre alguno de nuestros antepasados y nosotros, han pasado más de 2 millones de años.

¿Qué tiene que ver esto con filtrar tonterías en Internet?

 

El filtro:

Pues que la mayoría de las teorías y consejos chorra, no pasan la siguiente pregunta:

¿Hubiéramos sobrevivido como especie si eso fuera cierto?

 

Es importante el detalle de, como especie.

Teniendo en cuenta que dentro de una especie, tras miles de años, sólo sobreviven los individuos que más adaptados están a su medio y que el ser humano no ha cambiado casi nada anatómica, ni fisiológicamente, desde hace más de 20.000 años, cualquier teoría que diga que necesitamos de algo que sólo existe desde la época de la Revolución Industrial (hace apenas 200 años) o menos (y sólo en algunas regiones del planeta), me parece muy poco creíble.

Piensa también que en estos últimos 100 o 200 años, hemos sustituido el ser eficiente con tecnología, pero en los 2 millones y pico de años anteriores de evolución, gastar más energía de la necesaria y ser poco eficientes podía significar la desaparición del individuo y que sus genes no perduraran en su especie.

Algunos ejemplos que no pasan el filtro:

«Sólo usamos el 10% del cerebro.»

Si esto fuera cierto, tendríamos un órgano cuyo 90% no sirve para nada, ocupando espacio y bastante energía (cualquier tejido vivo gasta energía y nutrientes).

¿Sabías que el cerebro gasta el 20% de la energía del cuerpo? Sería bastante poco eficiente gastar tanta energía en algo de lo que sólo se usa el 10%. Energía que se podría usar para mantener otros tejidos vivos, movernos, defendernos de los peligros, etc.

«Mezclar ciertos alimentos es malo para tu salud.»

«Comer carne/huevos/leche es malo para la salud y puede matarte.»

«Debemos comer X veces al día.»

«No es bueno entrenar en ayunas.»

Hasta hace varias décadas no teníamos nevera, contenedores refrigerados, no se podía conservar cierto alimentos más de unos de unos días y menos llevarlos al otro lado del planeta.

NOTA: Se podía conservar comida con otros métodos, pero no podía comerse la misma fruta todo el año, ni transportar excedentes de la caza durante las migraciones o traerse comidas perecederas desde lugares lejanos.

 

Antes de que se empezara a cultivar, hará unos 10.000 años, no solía haber excedente de comida, así que se comía lo que había ese día. Lo que había en esa región. Lo mismo era una zona con grandes mamíferos, que una zona con animales pequeños o donde abundaban las bayas, quizás tubérculos, alguna fruta…

La realidad es que no todos los días había comida, ni era siempre la misma. Dependían mucho de la suerte, de la región en donde estuvieran, de la época del año y de su habilidad para encontrar comida.
Por eso, para sobrevivir, el ser humano, como especie, se tuvo que adaptar a comer casi de todo y a poder sobrevivir periodos de hambruna.

Si alguna de las afirmaciones de arriba fueran ciertas, no hubiéramos durado ni una generación en la mayoría de partes del mundo.

«La inflamación es mala y hay que bajarla con hielo o anti-inflamatorios.»

Cuando tenemos inflamación, lo primero que hacemos es «tratarla». Como si ese fuera el problema real y no una respuesta natural del cuerpo. Para nosotros es una «inconveniencia» que debemos eliminar, un «bug» (error) del cuerpo.

Pero el proceso inflamatorio lleva con nosotros desde siempre. Y ha sobrevivido. ¿No será que no es un «bug» sino una «feature» (característica)?

Si realmente lo fundamental cuando nos doblamos un tobillo es bajar la inflamación, ¿qué pasaba los seres humanos que vivían en zonas calurosas, sin hielo ni anti-inflamatorios?

Hace miles de años, no poder mover el tobillo podía suponer que no podías cazar, que te podían cazar a ti, que no podías moverte con tu tribu a otra región…

¿Cómo es que sobrevivímos aquella época?

Pues porque el proceso inflamatorio es parte del proceso de cura de la lesión. Si hubiéramos dependido de que alguien nos quitara la inflamación para poder curarnos, no hubiéramos durado mucho.

 

«Debemos tener, al menos, un poco de tacón en los zapatos.»

«Debemos tener un calzado apropiado a nuestra pisada (pronadora o supinadora) para correr.»

Estos son de los ejemplos más claros y que claman más al cielo. Llevamos millones de años sin zapatos de ningún tipo, algunos pocos de miles de años con zapatos que básicamente nos protegían de cortes y piedras, pero poco más. ¿Y resulta que si no tenemos tacón o algún tipo de soporte para el arco plantar, vamos a tener algún problema?

Está claro que si llevas 60 años llevando siempre zapatos con tacón alto y te los quitas, vas a tener dolores de espalda, pies, rodillas y de todo. Pero no es que debas llevar zapatos de tacón, es que debes des-adaptarte poco a poco.

Me hace gracia la gente que te defiende el tema de calzado específico para correr. Me imagino a nuestros antepasados poniéndose sus sandalias pronadoras, con amortiguación, antes de salir corriendo de un predador…

Hablaré más en detalle de este tema, porque afecta a mucha gente y quiero que quede bien claro, pero quiero que quede claro que no hay ninguna razón por la que en los últimos 50 años hayamos desarrollado una necesidad de éste tipo de calzado para correr.

La evolución no funciona tan rápido.

Hay muchísimos ejemplos más, pero creo que se pilla la idea, ¿no?

 

Importante:

Este filtro evolutivo NO nos dirá qué teorías son ciertas, sólo cuáles son poco probables.

 

Conclusiones:

El cuerpo humano no hace nada al azar, es el resultado de millones de años de sobrevivir sólo los individuos mejor adaptados y más eficientes.

Cualquier teoría sobre el cuerpo humano que no pueda aplicarse al ser humano de hace 2.000 o 10.000 años es, cuanto menos, sospechosa.

Enlace para bookmark : Enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.