Muy a menudo nos quedamos más con el detalle, con lo anecdótico, en vez de con el conjunto.
De esto hablaba en el artículo sobre Pareto.
Por eso pensamos que las 3 horas que dedicamos a entrenar a la semana (apenas un 2.7% de las horas semanales que pasamos despiertos), pueden contrarrestar las aproximadamente 70 horas semanales que pasamos sentados (un 62.%).
Si buscamos las cosas que más hacemos y las que menos hacemos, descubriremos maneras mucho más efectivas y eficientes de mejorar nuestra salud.
Esta sería una lista muy típica de cosas que hacemos mucho frente a las que hacemos poco:
- Probablemente usemos mucho una mano y casi no usemos la otra.
- Puede que llevemos zapatos con (algo de) tacón casi todo el día y seguramente no caminemos casi nunca descalzos.
- Es posible que pasemos muchas horas sentados en una silla o similar, pero es muy probable que llevemos años sin ponernos de cuclillas o sentarnos en el suelo.
- Probablemente caminemos todos los días en superficies llanas y lisas, pero en muy contadas ocasiones vamos por terrenos irregulares o con cuestas.
- Quizás no nos dé nunca el sol, pero en verano pasamos un día entero al sol (y nos quemamos).
- Seguro que doblamos mucho el tronco hacia adelante, pero nunca lo doblamos para atrás. Ni lo giramos (girando la columna, no moviendo las piernas y cadera).
Cada uno tendrá su propia lista y puede contener cosas de todo tipo. Movimientos que hacemos o dejamos de hacer, posturas que tenemos todo el tiempo y posturas en las que jamás hemos estado, alimentos que comemos todo el rato y otros que rara vez comemos…
Lo importante de esto es que hacer un poco menos lo que hacemos la mayor parte del tiempo, mientras intentamos hacer más a menudo aquellas cosas que no hacemos nunca, puede tener un impacto mucho mayor que «terapias de choque» como puede ser matarnos 1 hora en el gimnasio.
Que no digo que entrenar sea malo o inútil, sino que, para nuestra salud, tiene más impacto reducir el tiempo que pasamos sentados, cambiar más de postura, levantar más los brazos, usar ambas manos, caminar más y pasar más tiempo descalzos que esa hora de entrenamiento.
El entrenamiento, ya sea específico como generalista, tiene su lugar y más adelante escribiré un artículo sobre el tema, pero entrenar 1, 3 o 5 horas a la semana no hace que dejemos de ser sedentarios. Y el sedentarismo es algo bastante más serio de lo que solemos pensar.
Ir a correr o practicar algún deporte está bien y (bien hecho) es un paso en el camino de mejorar nuestra salud, pero la forma de dejar de ser sedentarios es:
Dejar de ser sedentarios.
Y, en el fondo es más fácil dar pasos para no ser sedentarios que lanzarnos a hacer ejercicio a lo loco.
Simplemente ve añadiendo pequeños cambios como los que comentaba antes, o los que suelo poner por aquí, a tu día a día.
Todos esos pequeños gestos y nuevos hábitos restarán horas a los hábitos sedentarios y lo serás un poco menos.
Para una mejor explicación de por qué estos pequeños cambios pueden tener tanto impacto, échenle un ojo al artículo sobre la circulación sanguínea y al de «estás entrenando y no lo sabes».
Deberes para casa
- Hacer una lista de lo que hacemos más y de lo que hacemos menos.
- Hacer cada día, al menos, una cosa que no solamos hacer.
- Hacer cada día un poco menos de una de las cosas que hacemos mucho.