La cadera: segunda parte

El otro día comentaba la importancia de controlar y mover bien la cadera. Y también mostré un ejercicio básico para ir recuperando la movilidad perdida.

Hoy les pongo otro ejercicio para ir un poco más allá.

Por un lado es más sencillo porque eliminamos el equilibrio de la ecuación, pero por otro es un movimiento más complejo.

La cadera, al igual que el hombro, es una articulación con muchos «grados de libertad», lo que quiere decir que permite muchos movimientos diferentes en muchos planos y direcciones.
Mucho más que una rodilla o un codo, por ejemplo.

Y, como ya sabemos, si queremos que siga teniendo esos «grados de libertad», necesitamos usarlos (TODOS ellos) con frecuencia.

Por eso este movimiento que les pongo el el vídeo es interesante.

La pierna se mueve respecto a la cadera en varios planos, varias direcciones y con movimientos de rotación, flexión, extensión, adducción y abducción.

Cada uno lo debe hacer hasta donde llegue, no hace falta hacerlo así desde el primer día.

Pero sí es importante intentar mover el hueso de la pierna (fémur) respecto a la cadera, en vez de mover la columna.
Para ello lo mejor es intentar imaginarnos que tenemos un vaso de agua encima de la espalda y que no podemos dejar que se derrame.

De resto, mientras hagamos el movimiento lo más amplio posible (sin «derramar el vaso de agua»), lo estaremos haciendo bien. Y mientras más lo hagamos, mejor será la salud de nuestra cadera.

El mismo principio podemos aplicarlo a cualquier articulación.
No nos conformemos con movernos siempre en un mismo plano o en flexionar y extender.

Exploremos qué cosas puede hacer cada articulación y comprobemos que cada vez hacemos más cosas y no menos 😉

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