Dolor de cuello tras caminar

Dolor de cuello y su relación con las piernas

Mucha gente experimenta tensión o dolor de cuello (o de cabeza) después de hacer una larga caminata o pasar mucho tiempo de pie.
Generalmente centramos nuestra atención en el cuello (lo masajeamos, estiramos, etc), pero puede que el problema venga de mucho más abajo.

Hace bastante tiempo oí a Katy Bowman (la autora de «Mueve tu ADN») hablar sobre el tema y, como siempre, me hizo ver otro punto de vista más amplio y reflexionar sobre el tema.

🎙 Aquí está el podcast (con su transcripción) donde le oí hablar del tema:
The Calf Stretch – Podcast Episode #88

Katy explicaba cómo muchas veces, al tener los gemelos «acortados» y muy tensos, podía producirse un efecto látigo, parecido al que experimentamos en un accidente de coche.
Evidentemente, a mucha menor escala.

Si lo pensamos, al caminar, estamos continuamente pisando y «arrastrando el suelo». O, mejor dicho, adelantando un pie, manteniéndolo fijo en el suelo y tirando de él, para adelantar todo el cuerpo.

El movimiento va desde abajo, hasta arriba. Siendo la cabeza (normalmente) lo último que avanza.

 

Si lo miramos de lado, podríamos ver cómo el cuerpo hace un movimiento similar al que hace un látigo o una ola, desde el pie, hasta la cabeza.

Pero nosotros no experimentamos ese movimiento. No notamos que estemos haciendo «olas» en cada paso que damos. Nos marearíamos.

Esto es porque todo nuestro cuerpo (sistema vestibular, la vista, la musculatura de la columna, de los pies, rodillas, cadera, cuello…) se coordina para mantener la cabeza estable.

Pero, ¿qué pasa si alguna parte de esa cadena está rígida y no absorbe la parte de movimiento que le toca? 🤔

Pues que otra parte debe hacerse cargo.

Pensemos el caso de una persona con mucha tensión en la parte trasera de las piernas (gemelos, isquios…). Toda esa musculatura (junto con sus fascias y tendones) deberían absorber parte de «la ola» que genera al caminar, pero no lo hace.

Esto hace que la fuerza de «la ola» o «látigo» sea cada vez mayor y la musculatura del cuello tenga que hacer más fuerza para frenar el movimiento hacia delante de la cabeza.

Esto multiplicado por miles de pasos, puede llevar a sobrecargar o fatigar la musculatura. Aparte de ir acumulando mucha tensión.

Efecto látigo al caminar

Y si a eso le sumamos que solemos tener más tensión de la necesaria en el cuello, debido a las posturas, la forma de respirar, estrés, desequilibrios musculares, etc, pues tenemos una formula perfecta para tener tensión o dolor de cuello tras caminar un rato.

Esto no quiere decir que caminar nos vaya a generar esta tensión, sino que una excesiva tensión en los gemelos, isquios, planta del pie, tendón de Aquiles o cualquier otro punto de la cadena posterior, puede contribuir a este efecto «látigo» y generar tensión en el cuello.

RESUMEN:

Si nos duele el cuello o la cabeza cada vez que caminamos mucho, revisemos cómo andamos de tensión en la parte posterior de las piernas.
Probemos a estirar esos músculos un poco la próxima vez que demos una caminata y comprobemos si eso mejora el problema.

Si es así, sabremos que es nuestro caso y que deberemos trabajar en reducir tensión en toda esa musculatura.

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