El otro día hablaba de cómo no todos los tejidos se adaptan a la misma velocidad y que si no lo tenemos en cuenta podemos caer en la lesión muy fácilmente.
Hoy quería hablar de algo relacionado:
Fortalecer unas partes del cuerpo, hace más débiles las otras.
En esta imagen intento explicar un poco este concepto de «debilidad relativa».
Imaginen que la primera línea es una banda elástica. Si la estiran, se alargará y estrechará como se ve en la segunda línea.
Pero imaginemos que esa misma banda la reforzamos sólo en algunas partes, como se ve en la tercera línea. Es la misma banda que la primera, pero hemos reforzado dos tramos.
Si ahora la estiramos veremos que no se estira igual. Se alargará y estrechará primero (y más) por las partes que no se reforzaron. Y la parte que une la parte reforzada de la no reforzada será cada vez más desigual.
Como podemos ver la parte no reforzada recibirá más fuerza y sufrirá más que si no se hubiera reforzado las otras zonas.
Y las uniones entre zonas desiguales serán más propensas a romperse que otras.
Si lo trasladamos al cuerpo humano podemos hablar de grupos musculares, de músculos versus tendones, o de cualquier combinación de tejidos iguales o complementarios.
Por eso la especialización y el trabajo repetitivo (ya sea en tareas diarias, en entrenamientos o en prácticas deportivas) son tan propensos a las lesiones.
Para evitar lesiones y mantener una buena salud hay que equilibrar los estímulos que recibe el cuerpo, para evitar que se creen esas «debilidades relativas».
Lo de siempre (sí, soy un poco pesado):
Moverse mucho y de formas muy diferentes.
Mover todo lo que podamos aquello que no movemos en nuestras tareas/posiciones diarias o en nuestros entrenamientos.